¿QUE PODEMOS COPIAR DE ISLANDIA?
- Cristián
- 10 may 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 may 2021
Copiar el modelo de Islandia no contribuye a fortalecer nuestras propias estrategias para prevenir el consumo de drogas.

El consumo de drogas es una “amenaza líquida”: adopta múltiples formas, se difunde por los intersticios, permea y contamina todos los ámbitos del tejido social. Por esto, tenemos que hacer esfuerzos consistentes para enfrentarlo, y evitar los enfoques reduccionistas.
El modelo de Islandia en Chile
En Chile se ha anunciado que se comenzará a aplicar el Modelo Islandés para la prevención y el control del consumo de drogas, y se ha mostrado como una nueva manera de enfrentar esta problemática..
Al revisarlo, quedan claras dos cosas: primero, un gran acierto es poner los mayores recursos en el desarrollo de los factores protectores en la familia y la comunidad, y segundo: se requiere de una acción consistente de las instituciones que entregue señales potentes y alternativas frente al consumo.
En nuestro país tenemos experiencias en relación a algunos aspectos del Modelo Islandés: El SENDA desde hace mas de 20 años ha desarrollado programas preventivos en las escuelas dirigidos a niños y sus padres. Por otra parte, desde la Subsecretaría de Prevención del Delito se está aplicando el Programa Lazos que detecta niños y jóvenes en riesgo de delinquir y se realiza una intervención familiar intensiva y en el domicilio. Y en términos de regulación legal, como país tenemos una experiencia exitosa con la limitación del consumo de tabaco (una droga legal) donde hemos logrado una importante reducción del consumo.
Más consistencia y participación
Por esto, creo que lo más importante que muestra el Modelo de Islandia, es que además de los programas técnicos, se necesita consistencia y participación. Consistencia de las instituciones para dar señales potentes y claras a las familias respecto al consumo de drogas; consistencia para limitar el acceso a las drogas y al mismo tiempo entregar alternativas saludables.
Por esto, bienvenido el Modelo Islandés, pero también apliquemos su consistencia: No se trata solamente de un programa para las escuelas, se trata de que el estado y la sociedad civil estemos alineados, sin ambigüedades, contra el consumo de drogas. Y para esto, un paso crucial (como lo hicieron los islandeses) es limitar el acceso al alcohol, el cual es un facilitador del consumo de las drogas ilegales.
No podemos seguir normalizando el abusivo consumo de alcohol en los jóvenes, no podemos seguir diciendo que estamos contra las drogas si el Proyecto que regula el etiquetado y la publicidad del alcohol lleva 17 años en el Congreso.
Espacios comunitarios que promuevan el bienestar
La consistencia no es algo que se puede traer desde la remota Islandia, sino que debemos ponerla nosotros: no podemos estar contra las drogas solamente, debemos crear alternativas reales de convivencia saludable y generar espacios comunitarios que promuevan el bienestar.
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